18/09/2013
Resultado:
Crónica Realizada por Cuadri.
Buenos días!
No en todas las ocasiones se cumplen las máximas de cualquier deporte. Hablando de fútbol vienen a la mente expresiones como “quien perdona acaba perdiendo”, “esto se gana sin bajarnos del autobús”, “vender la piel del oso antes de comprarlo”… y otras como “no se la echéis a Pablo”, “me cago en la puta”, “ a ver si bajamos un poquito”….
Hace poco leí una nueva: “Mierdaaaa!, si gana Rafa iré el último de la tabla”…
Alguna se oyó justo antes de empezar el encuentro, con propuesta de cambio de jugador por otro debido a la diferencia entre los equipos… Aaaaaiiiiiiiiiiiinnnnnn Antoñito Antoñito
Yo hoy me quedaría con la que dice “jugamos como nunca y perdimos como siempre”.
Ayer, algunos podrían haberla soltado. Algunos del equipo blanco, se entiende. Pero qué va: ayer fue… el postpartido más silencioso de los últimos jugados, ¿no? ¿Sin resuello quizá? Posiblemente. Pero aquel que entrara ayer en el vestuario pudo comprobarlo.
Partido de control, de intentar hacerse con el mando, con la pelota, y de querer jugarla en el campo contrario. Dos equipos con mediocampo poblado. Y más técnica que fuerza... o no.
Hasta que se rompió el 0-0.
Se tardo en desempatarlo algo más de lo habitual. Pero mereció la pena: el partido se puso bonito. De ida y vuelta. Hubo de todo. De todo futbol. Salvo discusiones!!!
Con el 1-0, oportunidades para ambos (larguero de los blancos incluido), y oye! Cae el 2-0 en jugada personal del gordito cuandosepongaenformaverátú. El partido parecía controlado.
Enrabietados los blancos salian a presionar arriba intentando aprovechar la mayor debilidad de los rojos: sacar la pelota jugada desde detrás sin miedo ni titubeos. Un portero poco inspirado por lesión facilita el empate en dos arranques blanquillos, no sin antes fallar los rojos varios disparos claros.Mal rato pasamo co o ne!!
Y lo que hasta entonces parecía controlado de repente se torna todo lo contrario: empieza el tikitaka blanco con finalización de jugada. “A que perdemos esto?!!” sonaba continuamente. “Esto no se puede perder”, “vamo a echarle sangre”…
Mano de santo: de nuevo los rojos por delante y Edu dueño y señor de su banda derecha. Pero seguía costando demasiado meter diferencias en el marcador, y sobretodo, sacar la pelota jugada. Aparecen individualidades, fútiles. Excusas. Resoples. El cansancio empezaba a hacer mella.
Y lo que se veía venir: remontada blanca. ¡¡A falta de 5 minutos!! No está bien hablar de resultado injusto: “futbol es fútbol” (otra gran frase), y lo que comentaba al principio, esa máxima de quien perdona termina perdiendo… parecía instalarse definitivamente en el encuentro, para disgusto de muchos.
Pero no en todas las ocasiones se cumplen las máximas de cualquier deporte, como empezaba diciendo. Y alguno vendió la piel del oso… y se puso de portero voluntariamente. Ahí pudo estar la clave del final del partido. Probablemente mareado y sofocado, con tanto esfuerzo por remontar. Pero… subestimó las fuerzas del contrario, a falta de 4 minutos.
4 minutos para hacer justicia o quitarla. 4 minutos para sonreir o para resoplar mirando al suelo. 4 minutos para que un portero no hablara apenas en el vestuario y otro no se callara. 4 minutos para dejar las cosas como empezaron. 4 minutos para que la fuerza superara a la técnica. 4 minutos preciosos y horribles. 4 minutos.
4 minutos para hacer que los dos equipos brindaran la primera cerveza al buen partido. A un gran partido.
Manolo: el titulo del asunto va por ti: Rafa ganó
Buenos días!
No en todas las ocasiones se cumplen las máximas de cualquier deporte. Hablando de fútbol vienen a la mente expresiones como “quien perdona acaba perdiendo”, “esto se gana sin bajarnos del autobús”, “vender la piel del oso antes de comprarlo”… y otras como “no se la echéis a Pablo”, “me cago en la puta”, “ a ver si bajamos un poquito”….
Hace poco leí una nueva: “Mierdaaaa!, si gana Rafa iré el último de la tabla”…
Alguna se oyó justo antes de empezar el encuentro, con propuesta de cambio de jugador por otro debido a la diferencia entre los equipos… Aaaaaiiiiiiiiiiiinnnnnn Antoñito Antoñito
Yo hoy me quedaría con la que dice “jugamos como nunca y perdimos como siempre”.
Ayer, algunos podrían haberla soltado. Algunos del equipo blanco, se entiende. Pero qué va: ayer fue… el postpartido más silencioso de los últimos jugados, ¿no? ¿Sin resuello quizá? Posiblemente. Pero aquel que entrara ayer en el vestuario pudo comprobarlo.
Partido de control, de intentar hacerse con el mando, con la pelota, y de querer jugarla en el campo contrario. Dos equipos con mediocampo poblado. Y más técnica que fuerza... o no.
Hasta que se rompió el 0-0.
Se tardo en desempatarlo algo más de lo habitual. Pero mereció la pena: el partido se puso bonito. De ida y vuelta. Hubo de todo. De todo futbol. Salvo discusiones!!!
Con el 1-0, oportunidades para ambos (larguero de los blancos incluido), y oye! Cae el 2-0 en jugada personal del gordito cuandosepongaenformaverátú. El partido parecía controlado.
Enrabietados los blancos salian a presionar arriba intentando aprovechar la mayor debilidad de los rojos: sacar la pelota jugada desde detrás sin miedo ni titubeos. Un portero poco inspirado por lesión facilita el empate en dos arranques blanquillos, no sin antes fallar los rojos varios disparos claros.Mal rato pasamo co o ne!!
Y lo que hasta entonces parecía controlado de repente se torna todo lo contrario: empieza el tikitaka blanco con finalización de jugada. “A que perdemos esto?!!” sonaba continuamente. “Esto no se puede perder”, “vamo a echarle sangre”…
Mano de santo: de nuevo los rojos por delante y Edu dueño y señor de su banda derecha. Pero seguía costando demasiado meter diferencias en el marcador, y sobretodo, sacar la pelota jugada. Aparecen individualidades, fútiles. Excusas. Resoples. El cansancio empezaba a hacer mella.
Y lo que se veía venir: remontada blanca. ¡¡A falta de 5 minutos!! No está bien hablar de resultado injusto: “futbol es fútbol” (otra gran frase), y lo que comentaba al principio, esa máxima de quien perdona termina perdiendo… parecía instalarse definitivamente en el encuentro, para disgusto de muchos.
Pero no en todas las ocasiones se cumplen las máximas de cualquier deporte, como empezaba diciendo. Y alguno vendió la piel del oso… y se puso de portero voluntariamente. Ahí pudo estar la clave del final del partido. Probablemente mareado y sofocado, con tanto esfuerzo por remontar. Pero… subestimó las fuerzas del contrario, a falta de 4 minutos.
4 minutos para hacer justicia o quitarla. 4 minutos para sonreir o para resoplar mirando al suelo. 4 minutos para que un portero no hablara apenas en el vestuario y otro no se callara. 4 minutos para dejar las cosas como empezaron. 4 minutos para que la fuerza superara a la técnica. 4 minutos preciosos y horribles. 4 minutos.
4 minutos para hacer que los dos equipos brindaran la primera cerveza al buen partido. A un gran partido.
Manolo: el titulo del asunto va por ti: Rafa ganó
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